¿Practicamos la escucha activa con nuestros clientes?
Hace unos días, estuve realizando
un Taller llamado "El Cambio en la Atención al
Cliente". Eran cerca de 35 personas los que
estaban en el taller. En general los participantes de la empresa de servicios
estaban como se dice: “super pilas” pero noté que había una persona respecto a los demás y que al hacer dinámicas
de escucha activa, le gustaba adelantarse y finalizar con alguna palabra o
frase lo que su compañero iba a decir, que interrumpía y su lenguaje no verbal
transmitía sensaciones y sentimientos distintos a lo que decía. Y esto me hizo
pensar que es clave saber escuchar para poder dialogar. Si bien lo que digo es
un razonamiento muy obvio, pero…. ¿qué ocurre si aun habiendo dos personas no
se produce el diálogo esperado?
Esto puede deberse a diversos
motivos, aunque seguramente, entre los más factibles encontraremos el de la incapacidad
de escuchar al otro. Si Trasladamos esto
a la interacción entre una empresa y sus clientes, sólo basta con decir que
muchas compañías han perdido parte de su clientela por motivos como este, el
personal que debía prestar servicio ignoraba que entre sus actividades, también
tenía que incluir la escucha activa, ¿acaso este factor puede ser decisivo en
el éxito o el rotundo fracaso del servicio de atención al consumidor? Claro que
sí, al escuchar activamente, nos mantenemos atentos a lo que nuestro
interlocutor expresa, no sólo lo que dice, sino todo lo que expresa, a través
de sus gestos, de sus silencios, de sus entonaciones, de sus pausas, todo ello
es un indicador y nos provee información valiosa a considerar.
Aquí algunas recomendaciones, hay
muchas pero empecemos con estas:
·
Pensar
que las conversaciones requieren su tiempo. Es necesario escuchar a nuestros
clientes o potenciales clientes sin controles exhaustivos de tiempo.
·
Reflexionar
sobre los contenidos de la conversación, ya que para facilitar el procesamiento
de la información es necesario reflexionar sobre ella.
·
El
personal en contacto con el cliente debe conocer con profundidad su empresa y
los productos ofertados para poder prestar más atención a las conversaciones
sobre los mismos y lograr una mejor comprensión de las palabras de sus interlocutores.
La comunicación.
La comunicación.
·
Las
personas nos comunicamos verbal y no verbalmente. Para escuchar y comprender
eficientemente a un cliente hemos de atender tanto a sus palabras como a sus
gestos y su forma de expresarse.
·
Es
necesario sonreír cordialmente y sin exageraciones al inicio de la interacción
comercial para poner al cliente en buena disposición de ánimos.
·
Mirar a los ojos. El contacto visual ayuda y
refuerza la comunicación,
·
Asentir o
negar con la cabeza. Para mostrar que se comprende y sigue la comunicación del
cliente hemos de realizar movimientos leves con la cabeza.
·
Controlar
los movimientos corporales. Los movimientos corporales no deben ser excesivos o
estereotipados.
·
Brazos cruzados. Si el espacio personal es
corto es conveniente no cruzar los brazos a modo de barrera entre las dos
personas, siendo más cordial cogerse las manos simplemente.
Dar la
mano con seguridad. La mano ha de estrecharse con seguridad y cordialidad.Al igual que la imagen y presencia personal y el comportamiento no verbal, el estilo con que nos comunicamos es una carta de presentación para nuestro interlocutor.
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