No es raro encontrarse con grandes empresas que crean después de un tiempo su propia fundación, para destinar parte de sus ganancias a fines altruistas y/o a
Responsabilidad Social Empresarial. Lo raro es encontrar una fundación con fin
altruista que se creó primero y fruto de ello luego se desprende una gran
empresa.
Me pareció interesante el caso de la empresa mexicana La Gloria, hoy es una empresa
millonaria que pertenece a la fundación ADA que deriva de los nombre de los que
iniciaron este servicio Alberto y Dolores Andrade, que se creó la Fundación en
1978, y junto a ella la fábrica de mantequilla para tener una fuente de
ingresos propios para la Fundación.
La Fundación ADA se encarga de ayudar a chicos de escasos
recursos de México para que puedan estudiar, desde la primaria hasta la
universidad, a través del otorgamiento de becas
económicas y ayudar a estudiantes sobresalientes a partir del segundo año de
primaria, con la intención de que no interrumpan por falta de recursos sus
estudios profesionales o técnicos, o bien sea un estímulo y motivación para que
obtengan como consecuencia un título o reconocimiento oficial.
Lo curioso es que la fábrica de mantequillas y de repostería
fue una fuente de ingresos importante para la fundación y producto de ello se creó
luego la empresa que se expandió en este país y creció hasta transformarse en
la número 1 de México, con la que se fabrican el 70% de los panes de todo el
país de México.
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